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Daniel Cadena Jordan·14 de junio de 2019
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Daniel Cadena Jordan·14 de junio de 2019
Se había desvelado de la voz del propio consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín, que Antoine Griezmann ya era jugador del Barcelona. Pero desde que se supo que el francés se marcharía del Wanda Metropolitano, ha transcurrido todo un mes, sin mayores novedades en el frente laboral.
Sólo trascendió, como explica Mundo Deportivo, que estaría dispuesto a sacrificar sus ingresos, pero ello puede aplicarse no sólo al Barcelona, sino a cualquier otro interesado, como lo pudiera ser un Manchester United.
Es curioso. Una firma no se dilata sin motivos, mucho menos cuando el actor implicado acepta una reducción salarial y el club del futbolista en cuestión no insiste en un precio completo por la ficha, sino que juega con la cláusula de “apenas” 120 millones de euros.
Desde el lado del Barça, se explica: Hay que producir 120 millones de euros primero, para poder pagar a un jugador por el que hay altas exigencias en todos los frentes, además de un debate que no cesa, sobre si conviene y convence Griezmann para el futuro blaugrana.
Lo cierto es que, de momentos, al Atlético le faltan 120 millones de euros, y les sobra un futbolista sin destino ni ganas de permanecer en su aún club.