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samanthaazuara·1 de abril de 2020
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samanthaazuara·1 de abril de 2020
En el antiguo Estadio Corona una fritanga se convirtió en un grito de guerra.
“Ya llegaron los duros, duros, duros” vociferaba un joven vendedor que, en cada partido de local de los Santos, vendía las frituras embolsadas que en Torreón se conocen por ese nombre.
Dos y hasta tres vueltas daba por juego vendiendo su producto hasta que su fama fue tal que en alguna ocasión, con unas cervezas de más, el comerciante comenzó a bailar al grito de un “que baile el de los duros”, que se expandió por todo el estadio.
En ese mismo momento, los laguneros anotaron un gol en un partido de la temporada 1989-90 y desde entonces se apropiaron del grito como canto de batalla.