📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves | OneFootball

📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves | OneFootball

Icon: OneFootball

OneFootball

leocabrera·23 de enero de 2020

📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Imagen del artículo:📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Por momentos, el Liverpool de Klopp parece dominar todos los aspectos del juego, incluso los psicológicos. Ante los Wolves, por la 24ª jornada de la Premier League, los Reds comenzaron demostrando sus principales características: una alta precisión en los pases, sin hacer de la posesión un objetivo en sí mismo, sino un medio para generar ataques directos. Por si fuera poco, en esa primera parte van Dijk jugó de nuevo al nivel del mejor defensa del mundo.

La apertura del marcador llegó a los 8′, cuando un saque de esquina desde la derecha fue conectado con potencia y dirección por Jordan Henderson. Nada que hacer para Rui Patrício.


OneFootball Videos


Imagen del artículo:📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Con el partido controlado, ante la incapacidad de los Wolves para inquietar a la última zona de los Reds, la peor noticia del primer tiempo para el Liverpool llegó cuando Sadio Mané se detuvo en plena carrera para tomarse el músculo posterior de la pierna derecha. Klopp sustituyó al senegalés de inmediato y le dio ingreso a Minamino. Todavía no se conoce la dimensión de la lesión de Mané, pero está claro que no jugará el domingo ante Shrewsbury Town por FA Cup y también está en duda su presencia ante el West Ham, la próxima semana.

Imagen del artículo:📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Ya en la segunda mitad, los Wolves encontraron la manera de entrar al partido insistiendo por la derecha de su ataque. A los 50′ llegó una jugada excepcional de contragolpe: el mexicano Raúl Jiménez condujo por el centro a gran velocidad, abrió el balón en el momento justo hacia Adama Traoré, que ensanchó el campo a pura potencia para poner un centro perfecto que el propio Jiménez, con un golpe de cabeza perfecto, convirtió en gol. Hay que volver a ver la acción de Jiménez para apreciar la precisión técnica de sus movimientos para colocar el balón fuera del alcance de Alisson.

A partir de ese momento se reforzó la convicción de los Wolves sobre sus posibilidades de cortar la racha histórica del Liverpool y el partido entró en una zona de máxima tensión. Alisson tuvo que hacer intervenciones providenciales cuando los Wolves siguieron explotando las recién descubiertas vulnerabilidades del Liverpool. A esa altura, Traoré ya era una pesadilla para Robertson. En ese contexto, Minamino, todavía no del todo adaptado al fútbol inglés, pareció no dar la talla.

Imagen del artículo:📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Para ese entonces, la posesión era claramente para los Wolves, y Klopp le dio ingreso a Fabinho para recomponer la defensa. En ese momento llego una jugada clara, surgida a partir de un error de los Wolves: el balón derivó para Salah, que decidió hacer una jugada personal cuando Firmino estaba mejor ubicado. El disparo del egipcio pasó cerca del poste derecho. Un pecado de egoísmo que el Liverpool pudo pagar muy caro.

Liverpool adelantó sus líneas y consiguió salir del ahogo que le había sido impuesto. Los Wolves sintieron el desgaste del esfuerzo realizado. Jiménez estaba especialmente extenuado cuando todavía faltaban 15′. Rui Patrício se vistió de héroe a los 81′ al tapar un balón mano a mano con Firmino. Sin embargo, tres minutos después, los mismos protagonistas y un desenlace distinto: Firmino recibió un pase de Henderson y definió fuerte, a la derecha de Rui Patrício.

Imagen del artículo:📝 Liverpool da otra prueba de carácter ante unos luchadores Wolves

Se disipaba así el sueño de los Wolves y el Liverpool reafirmó lo que a esta altura no era necesario reafirmar: que es el grandísimo favorito para quedarse con la Premier League, porque incluso cuando las cosas se ponen difíciles y el fútbol no fluye con claridad, siempre puede aparecer el carácter que incline la balanza.