📝 El Madrid se va de Roma sin encontrar el camino | OneFootball

El Real Madrid salió derrotado de Roma en los lanzamientos de penalti después de un partido en el que los blancos mostraron dos caras muy diferenciadas.

Con luces pero sobre todo sombras. Así ha echado el cierre el Real Madrid a su pretemporada en Roma con un empate a 2 goles que tuvo que resolverse desde los lanzamientos de penalti.

Con línea de 5 volvió a salir Zidane para intentar frenar los problemas defensivos que afectan al equipo desde la pasada temporada. Sin embargo, ni con 3 centrales consiguen los blancos protegerse de las acometidas rivales.

Con un juego vertical hizo mucho daño la Roma, especialmente en los primeros 45 minutos. Marcelo, tan activo en ataque como desaparecido en defensa, fue una fuente de ocasiones rivales por su costado. Es de su zona de donde saldría el gol del empate romanista por medio de Perotti, tras una gran acción de Zaniolo. Su gol serviría para poner la igualada en un partido que había comenzado, todo hay que decirlo, con un gran tanto del lateral brasileño del Real Madrid.

Con las tablas las ocasiones caían como lluvia en mayo en la portería blanca. Solo las buenas acciones de Courtois impidieron al Madrid ponerse por detrás en el marcador antes de que Casemiro se aprovechara de un centro lateral para poner de nuevo por delante a los suyos. Poco duraría la alegría en el bando blanco ya que, al minuto, Dzeko pondría las tablas con las que se llegaría al descanso.

En la segunda mitad el Madrid mostró una imagen bastante diferente. Los hombres de Zidane se mostraron más acertados con el balón y no permitieron a los locales llegar a portería con la facilidad pasmosa de los primeros tres cuartos de hora. En los últimos minutos las entradas de Bale y Vinicius pusieron algo de mordiente al ataque blanco que, a pesar de todo, no culminó sus ocasiones llevando al encuentro a los lanzamientos de penalti.

En los once metros ninguno de los dos porteros estuvo del todo acertado. Tras los cinco penaltis sería Marcelo el que mandaría el último al larguero y brindara el triunfo a los romanistas delante de sus aficionados.