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Carlos Muñoz del Real·7 de junio de 2019
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Carlos Muñoz del Real·7 de junio de 2019
Una de las selecciones que vive a día de hoy su mejor momento, que logró clasificarse al pasado Mundial de Rusia y que ahora quieren dar guerra en una Copa América a la que llegan sin nada que perder y con todo por ganar. Gareca junta jugadores jóvenes con talento con viejos rockeros, una mezcla ganadora.
Pese a llevar tiempo alejado de los terrenos de juego, es innegable la importancia de la figura de Paolo en esta selección. Él es el gol personificado, la garra y la lucha a sus 35 años. Aporta movilidad constante, siendo muy difícil de parar para las defensas. Su temperamento a veces le juega malas pasadas, pero con él, Perú puede soñar alto.
Dentro de la nómina de jugadores con talento como los Christian Cueva o Edison Flores, la figura de Renato Tapia merece un lugar destacado por su precocidad. Centrocampista de 23 años que ya ha sido capitán de la bicolor, con carácter dentro y fuera del campo. Fijo en el Willen II de la Eredivisie, de prestado por el Feyenord.
Ricardo Gareca es una eminencia en Perú, pese a ser argentino es irremplazable para la FPF. El hombre que logró clasificar a la blanquirroja para el Mundial, se caracteriza por sacar el máximo de sus jugadores y trabajar los partidos a través de la posesión.
Cogiendo un fragmento de la séptima estrofa que dice: “En su cima los Andes sostengan, la bandera o pendón bicolor, que a los siglos anuncie el esfuerzo que ser libres, por siempre nos dio”. Esa es la bandera que espera ver ondear la bicolor en Brasil con Perú llegando a lo más alto.
Perú es un país de diversidad cultural y linguistica, pero que se caracteriza además por ser el segundo país de América Latina que más camina. Ese camino les ha llevado a día de hoy a los de Garece a hacer historia, y no quieren parar.
En el grupo quedó encuadrada con Brasil, Bolivia y Venezuela. Se medirán en primer lugar a la Vinotinto y acabarán ante Brasil, el duelo ante Bolivia parece factible a primera vista, pero sin confianzas. Los cuartos de final deben ser el objetivo pero…¿por qué no soñar con algo más grande?.